5 años

Hoy se cumplen 5 años de la muerte de mi papá. Muerte que todos esperábamos ya que tuvo una enfermedad de mierda llamada Alzheimer y fue muy triste ver a una gran persona y a un gran padre como fue él deteriorarse y apagarse poco a poco. Fue muy pero muy triste, pero fue bueno acompañarlo.
Mi viejo, y no porque fuera mi viejo, fue una de las personas mas buenas que conocí, y eso no es poco decir. Un tipo sin rollos, sin maldad, sin malos pensamientos para con nadie, nunca criticaba a ninguna persona, ni hablaba mal de nadie ni envidiaba. Siempre era ocurrente, hacía chistes, muy amiguero, siempre estaba para todo el mundo, super zurdo, fanático del Che y a pesar de todo lo malo soñaba con un mundo mejor y creía en la gente (y eso que muchos lo usaron, lastimaron y cagaron) nunca bajó los brazos.
Fue un padre super cariñoso, compañero. Desde chiquita me trataba como adulta, me daba consejos de vida, me hablaba de historia, geogafía, politica y cada vez que tenía algún berrinche o venía enojada o mal de alguna diferencia con alguien me decía: vos tranquila, no te enojes, no te lastimes, aprendé a escuchar y a ponerte en el lugar del otro, no tengas malos sentimientos por los demás, si los demás actúan mal, allá ellos, vos seguí siendo buena como sos y si te equivocás nunca dejes de pedir perdón, y si los demás lo hacen y piden perdón, recibilos siempre, todos nos equivocamos y tenemos derecho a ser perdonados.
Papá murió un 19 y dejamos sus cenizas el 21 de septiembre en el mar de Villa Gesell como el lo había pedido, 21 de septiembre día que casualmente es el día del Alzheimer y día de la primavera, día que el me contaba de sus asados de chico que siempre terminaban pasados por agua jajajja. Por suerte el día que dejamos sus cenizas hubo muchísimo sol, fue un día divino y único, un 21 que el siempre quiso pasar.